domingo, 4 de marzo de 2012

MI BEBÉ

En ocasiones me gustaría  saber por qué pasan las cosas. Siempre he pensado que pasan por alguna razón. Hace aproximadamente dos años me entere que estaba embarazada y por ese momento muchas cosas se me vinieron a la cabeza. Y la que más me preocupaba es que tendría que dejar de estudiar, ya que ahora me dedicaría a mi bebé.
Obviamente mi bebé ocuparía toda mi atención y así fue. Mi bebé llego a ser lo más importante de mi vida. Desde el momento que supe que estaba embaraza, mil preocupaciones me envolvieron y no podía dejar atrás los problemas que tenia con mis padres. Pero por alguna razón sabia que al tener a mí bebé estaba haciendo lo correcto. En mi embarazo pase por muchas dificultades. Sin embargo no me arrepentía de la decisión que había tomado. Lo que tenía que hacer en esos momentos, era echarle ganas para salir adelante.
A los seis mese me entere que seria una hermosa niña. En ese instante me emocione tanto. Que me dieron ganas de llorar. Solo faltaban tres meses para tenerla conmigo. Estaba preparada para aguantar todas las noches sin dormir y también para despertarme a media noche a prepararle su leche o cambiarle su pañal. Como era de suponerse tuve que dejar de estudiar para dedicarme a ella.  Sabía que había ganado algo muy valioso pero no podía dejar de estudiar así como si nada. Siempre había tenido la ilusión de estudiar una carrera para que en un futuro pudiera tener un buen empleo. Ya no podría pensar solo en mí. Ahora también tengo que pensar en ofrecerle algo bueno a mi hija.
Llego el momento esperado una gran alegría me invadía pues el parto se me adelanto. Y mi hija nació a los ocho meses. Había llegado la hora de saber como seria. Espere tanto tiempo para conocerla, pero por fin, la iba a conocer. Tenía tantas emociones encontradas sentía miedo, alegría y también tristeza al saber que mis padres aun seguían enojados conmigo. Pero aun así me sentía feliz, aunque mi felicidad no estaba completa. Me trajeron a mi bebé y me di cuenta que solo dependería de mi. Nadie más vería por ella. Se encontraba tan indefensa lo único que necesitaba era amor y cariño. Y yo era la única responsable de darle todo mí amor sin condiciones.

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