domingo, 18 de marzo de 2012

UNA GRAN SATISFACCIÓN

En todo este tiempo he logrado lo que me propuse. Me siento feliz al saber que pude realizar gran parte de mis sueños, pero sé muy bien que es solo el comienzo. Traté de salir adelante a pesar de todas las trabas que se me presentaron. Hace varios años creí que nunca volvería a recuperar mi sonrisa. Que equivocada estaba.
Ahora estoy segura de que  las cosas siempre pasan por algo. Y que siempre son pruebas que se nos presentan por que somos realmente capaces de superarlas. Aunque hay que tener en cuenta que lo que empieza,  en algún momento tiene que terminar. No es bueno aferrarse a lo que nos pasa, ya que algunas veces aferrarnos nos causa mas daño.
Hoy por primera vez  quiero confesarles que estoy contenta, y que nada ni nadie puede arruinar mi felicidad. Tengo todo lo que puedo pedir: una hija maravillosa que por cierto ya tiene un año y dos meses. Y eso es genial por que con ella he aprendido tantas cosas, que ya había olvidado.
Ella me ha enseñado que la vida es maravillosa, y que hay pequeñas cosas que hacen la diferencia. Es impresionante ver como es tan pequeñita. Y con tanta alegría que me contagia. Como es posible que ella pueda cambiar todas mis emociones, puedo estar muy enojada y al verla se me olvida todo. Mi mamá siempre me decía que los hijos son el tesoro más preciado que uno puede tener. Ahora me doy cuenta que tenia toda la razón. Soy mamá y mi hija es todo para mí. He tratado de salir adelante y por ella lo estoy logrando, pues me da las fuerzas para intentar dar lo mejor de mí.
Ya ha crecido mucho, ya hasta camina. En ocasiones me da risa ver como anda por la casa tambaleándose, queriéndose detener para no caerse. Es increíble como ha aprendido tantas cosas, pues ya dice varias palabras. Me encanta ver como se emociona con las cosas que hace y trata de hacerlas mejor.
Por el momento le he dado todo lo ella se merece y yo me siento satisfecha con lo que he logrado, pero aun me faltan varias cosas por hacer y otras por terminar. Fue muy grato escribir lo que sentía. Ahora ya puedo hablar de lo que me pasó sin sentirme mal. Lastima que todo lo que empieza tiene un fin. Y todo esto ha terminado. Hasta pronto.


domingo, 11 de marzo de 2012

VOLVER A EMPEZAR

Después de haber dejado de estudiar un año y medio. Para dedicarme al cuidado de mi bebé. He decidido empezar de nuevo, empezar desde cero. Yo sé que será difícil, sin embargo, quiero tomar el riesgo. Ya realice todos los trámites de inscripción, para entrar nuevamente a estudiar.
Estoy tan emocionada, ya que a pesar de todos los problemas con mis papás. Ellos me siguen apoyando: para que yo siga estudiando. Ahora entiendo que nadie más me va a apoyar como lo están haciendo. Y aunque como hijos cometemos errores siempre están  con nosotros incondicionalmente.
Ha llegado el día. Para iniciar con mis clases. No puedo negar que tengo miedo de no poder dar lo que se necesita. Pero a la vez quiero salir adelante, quiero superarme para poder ofrecerle un mejor futuro a mi hija. Empezaron mis clases y estoy haciendo todo para estar al 100 en cada una de ellas. No puedo negar que hay ocasiones en que realmente estoy agotada pues la escuela y cuidar a mi hija me consume por completo pero eso no quiere decir que no pueda hacerlo.
Mi hija ya tiene un año y dos meses y poco a poco va creciendo mucho más. Es tan grato ver a mi  pequeñita que esta esperándome y siempre me recibe con una sonrisa. Y al verla tan contenta me da ánimos de echarle  ganas. Han pasado  varias semanas y el trimestre esta por terminar. En ocasiones me da risa acordarme que hubo un momento en que ya no quería estudiar porque pensé que todo se me había arruinado. Y ahora ya casi termino el  trimestre.
En la escuela me he encontrado con personas que también tienen hijos, que trabajan y sin embargo siguen estudiando. Y si ellos pueden, yo también puedo hacerlo. Tener un hijo no es ningún impedimento al contrario a mi me ha dado más fuerzas. Y mis metas se han hecho estables. Ya no tengo ninguna duda de que quiero estudiar.
Los problemas te hacen fuerte y casi siempre se presentan para demostrarnos a nosotros mismos que tenemos la capacidad se resolverlos. Y creo que todo lo que me ha pasado ha sido una gran lección. Y que solo me queda seguir adelante.

domingo, 4 de marzo de 2012

MI BEBÉ

En ocasiones me gustaría  saber por qué pasan las cosas. Siempre he pensado que pasan por alguna razón. Hace aproximadamente dos años me entere que estaba embarazada y por ese momento muchas cosas se me vinieron a la cabeza. Y la que más me preocupaba es que tendría que dejar de estudiar, ya que ahora me dedicaría a mi bebé.
Obviamente mi bebé ocuparía toda mi atención y así fue. Mi bebé llego a ser lo más importante de mi vida. Desde el momento que supe que estaba embaraza, mil preocupaciones me envolvieron y no podía dejar atrás los problemas que tenia con mis padres. Pero por alguna razón sabia que al tener a mí bebé estaba haciendo lo correcto. En mi embarazo pase por muchas dificultades. Sin embargo no me arrepentía de la decisión que había tomado. Lo que tenía que hacer en esos momentos, era echarle ganas para salir adelante.
A los seis mese me entere que seria una hermosa niña. En ese instante me emocione tanto. Que me dieron ganas de llorar. Solo faltaban tres meses para tenerla conmigo. Estaba preparada para aguantar todas las noches sin dormir y también para despertarme a media noche a prepararle su leche o cambiarle su pañal. Como era de suponerse tuve que dejar de estudiar para dedicarme a ella.  Sabía que había ganado algo muy valioso pero no podía dejar de estudiar así como si nada. Siempre había tenido la ilusión de estudiar una carrera para que en un futuro pudiera tener un buen empleo. Ya no podría pensar solo en mí. Ahora también tengo que pensar en ofrecerle algo bueno a mi hija.
Llego el momento esperado una gran alegría me invadía pues el parto se me adelanto. Y mi hija nació a los ocho meses. Había llegado la hora de saber como seria. Espere tanto tiempo para conocerla, pero por fin, la iba a conocer. Tenía tantas emociones encontradas sentía miedo, alegría y también tristeza al saber que mis padres aun seguían enojados conmigo. Pero aun así me sentía feliz, aunque mi felicidad no estaba completa. Me trajeron a mi bebé y me di cuenta que solo dependería de mi. Nadie más vería por ella. Se encontraba tan indefensa lo único que necesitaba era amor y cariño. Y yo era la única responsable de darle todo mí amor sin condiciones.